El liberalismo, con una nueva orientación, surge, en la década de 1840,
con una nueva generación de políticos liberales. Además de los principios
liberales basados en la defensa de la libertad individual, aparece el ideario
del librecambismo.
No obstante, a lo estipulado en el congreso de Viena y a la política
sostenida por las potencias europeas de mantener el absolutismo monárquico y de
evitar la propagación de los principios liberales, estos no desaparecieron,
sino por el contrario se desarrollaron posteriormente en ideologías sostenidas
por las clases burguesas y conocidas como el
Liberalismo y el Nacionalismo.
En la mayoría de los Estados europeos, algunos grupos de intelectuales y
burgueses, gran parte de ellos periodistas, abogados, médicos, comerciantes y
artistas lucharon contra la opresión, la injusticia y los abusos de poder, al
tiempo que defendían la necesidad de que las personas ejercieran su libertad de
forma práctica, concreta y material, razón por la que se los llamó liberales.
Hacia mediados del siglo XIX, muchos liberales desarrollaron un programa
más ordenado que abogaba por una actividad constructiva del Estado en el campo
social, manteniendo la defensa de los intereses individuales. Los defensores y
seguidores del liberalismo pretendían establecer las monarquías parlamentarias
en las cuales se ejercería la soberanía nacional mediante una Constitución y de
esta manera se controlaría la autoridad absoluta de los monarcas a través de la
división de los poderes del Estado.
Sin embargo, esta ideología presentaba dos facetas contradictorias por
un lado el liberalismo revolucionario, que pretendía la abolición total del
absolutismo real y por el otro el liberalismo conservador, sostenido por la
burguesía que trataba de defender sus derechos, especialmente el de la
propiedad, frente a las clases trabajadoras.
Por otra parte, juntamente con el liberalismo político y económico se
extendió por todo el continente europeo un movimiento cultural conocido como el
romanticismo. El mismo exaltaba la libertad del individuo y de los pueblos a
través de la literatura y del arte.
NO TIENE LA COMISIÓN COROGRÁFICA. TAMPOCO TIENE EL TALLER SOBRE REGENERACIÓN NI LA CRISIS DE LA FEDERALISMO.
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